La Santificación de la Jornada: Oraciones de la Mañana

La santificación de cada día es un acto esencial para los legionarios, quienes comienzan su jornada en comunidad ante su Señor. Este ritual no solo representa un momento de consagración personal, sino que también establece un enfoque espiritual que guía todas las acciones del día. A continuación, se presentan las oraciones matutinas que enriquecen esta práctica devocional.

Presentación ante el Señor

Por la mañana, los legionarios se reúnen para renovar su consagración y ofrecer a Dios todos los actos del día. Este momento es crucial para detenerse y reflexionar sobre el estado de ánimo, las expectativas y los deseos que se tienen ante la jornada que comienza. En esta contemplación, se pide a Dios la luz y la fuerza necesarias para estar atentos a su voz y responderle con generosidad.

Oraciones de Ofrecimiento

Oración al Padre

Padre Santo,
creo en ti porque eres la verdad misma.
Espero en ti, porque eres la misericordia infinita.
Te amo sobre todas las cosas porque eres infinitamente amable
y porque a ti solo debo amarte
con todo mi corazón,
con toda mi alma
y con todas mis fuerzas.
Te doy gracias, Señor,
por haberme concedido un nuevo día
para darte gloria y extender tu reino.

Oración a Jesucristo

Jesucristo,
te ofrezco este día que empieza
y renuevo mi consagración total a ti,
para que seas tú el criterio, centro y modelo
de mi vida religiosa, sacerdotal y apostólica.
Concédeme la gracia de conocerte íntimamente,
en el Evangelio, la Eucaristía y la cruz,
y ayúdame a imitarte en la entrega al prójimo.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Que tu amor hacia la humanidad penetre todo mi ser.
Impúlsame a abrazar la cruz en mi vida,
reparar por los pecados
y entregarme a los hombres.
Que el anhelo por la instauración de tu reino
me lleve a transformarme cada día más en ti
y llevar la luz del Evangelio a todos los hombres.

Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo,
dulce huésped y consolador de mi alma,
ven a transformarme en Cristo,
y sostenme en la misión de instaurar su reino.
Te suplico me concedas tus siete dones
e incrementes en mí la fe, la esperanza y la caridad,
que recibí el día de mi bautismo.
Ayúdame a ser dócil a tus inspiraciones
para caminar por el sendero de la voluntad de Dios.

Oración a la Santísima Virgen

Virgen santísima, madre y maestra,
te saludo y te bendigo porque el Poderoso ha hecho obras grandes en ti.
Tú eres viva imagen de la consagración a Dios.
Por tu amor ofrezco un día más la vida a Cristo,
para cooperar con él en la salvación del mundo.
Tu escuela es el camino suave, seguro y sin error
para adquirir los sentimientos del Corazón de tu Hijo.
Forma en mí un corazón que ame
y que experimente la intimidad gozosa con el Señor.
Reina de los Apóstoles,
encomiendo mi vida apostólica a tu amor maternal.

Oración por los Legionarios y Miembros del Regnum Christi

Jesucristo,
tú nos has amado primero y nos has llamado a seguirte
en esta porción de la Iglesia que es la Legión y el Regnum Christi.
Infunde en nuestros corazones
un amor creciente por nuestra vocación,
que nos lleve a abrazar de manera afectiva y efectiva
la Legión y el Regnum Christi,
su espíritu, su disciplina y apostolado específico.
Concédenos el don del espíritu de cuerpo
y de la unión de corazones.

Otras Oraciones para el Ofrecimiento de Obras

En la práctica de la oración privada, se pueden utilizar también otras oraciones que fortalezcan la conexión espiritual con Dios:

Oración a la Santísima Trinidad

Creo en ti, Dios mío,
porque eres la verdad misma.
Espero en ti, porque eres la misericordia infinita y eres fiel a tus promesas.
Te amo sobre todas las cosas porque eres infinitamente amable.
Te doy gracias, Señor, porque después de haber velado mi sueño como lo hiciera la madre más amorosa,
me has concedido un nuevo día para servirte y santificarme en la Legión.

Oración al Padre

Padre santo,
que has querido crearme y adoptarme como hijo para que te ame y te invoque con la más filial confianza:
te bendigo por el amor que me has tenido al elegirme en Cristo,
para ser santo e inmaculado en tu presencia.
Tú me conoces y sabes cuánto necesito de tu gracia para cumplir tu santísima voluntad.
Concédemela, pues, Padre amantísimo, en la medida de mis necesidades.
No me dejes caer en las asechanzas y tentaciones que en este día me tienda el espíritu del mal.

Conclusión

La práctica de la oración al comenzar el día no solo prepara el corazón y la mente para las actividades venideras, sino que también establece un vínculo profundo con Dios y con la comunidad. A través de estas oraciones, los legionarios buscan vivir cada momento de la jornada con la intención de glorificar a Dios y avanzar en su misión apostólica. La santificación de la jornada se convierte así en un compromiso renovado de amor y servicio.

La Santificación de la Jornada: Oraciones de la Mañana

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